Cristina Iniesta, delegada de salud del Ayuntamiento de Barcelona, ha presentado los resultados del Programa de Prevención de Obesiddad Infantil en Barcelona (POIBA). Un proyecto iniciado hace dos años en alumnos de tercero y cuarto de primaria, actualmente se lleva a cabo en un centenar de escuelas de la ciudad y en 4.000 menores.

Según los datos del Poiba, los alumnos que siguieron el programa presentaron al final del mismo un 7,3 por ciento menos de obesidad que aquellos que no lo siguieron, es decir, que la intervención tiene capacidad para evitar uno de cada tres nuevos casos de obesidad, ha asegurado el coordinador del programa, Carles Ariza.

La delegada de Salud ha asegurado además que a partir del nuevo curso el programa se implementará en todas las escuelas de la ciudad que así lo soliciten y a partir de los tres años de edad, lo que representa su consolidación en el currículo escolar.

¿Cómo funciona?
El Poiba dividió a los alumnos entre un grupo de intervención y otro de control, y aunque no apreció cambios significativos en el índice de masa corporal, más difíciles de medir y que requieren mayor continuidad en el tiempo, sí que lo hizo al medirse la grasa corporal por pliegos cutáneos, ha insistido Ariza, quien ha asegurado que, en caso de seguir a rajatabla el programa, la diferencia aumenta de un 7,3% a un 11,2% y los casos evitados se multiplican del 36,7% al 56,3%.

Resultados
Los cambios han sido favorables ya que el 70 % de los alumnos expuestos al programa realizaron una acogida satisfactoria del mismo, lo que llevo a cambios favorables en el consumo de agua, carne y verduras, así como una reduccion del consumo de dulces y patatas fritas.

Del mismo modo se han producido cambios en la condcta alimentaria, dónde aumenta el ejercicio fisico y se reduce las horas frente a dispositivoselectrónicos y mejora el conocimiento de los hábitos saludables.

El Poiba ha detectado también que los resultados son mejores en familias y barrios con niveles socioeconómicos elevados y autóctonos.