Por otro lado, hay un mayor número de niños que no consume al menos una fruta al día. Las frutas y las hortalizas son dos alimentos básicos en una dieta diaria y saludable, gracias al "alto contenido en agua, en fibra, en vitaminas y en minerales. En verano, hay que aprovechar las frutas y hortalizas de temporada, como la sandía, la fruta que más agua contiene y baja en calorías o el melón", ha señalado Moñino.

La falta de estos alimentos y su sustitución por otros con más calorías o grasas puede aumentar el riesgo de sobrepeso y exceso de peso en los niños. En 2013, el 24,6% de los niños entre 7 y 8 años tenían sobrepeso y el 18,4% eran obesos, según el 'Estudio de Alimentación, Actividad Física, Desarrollo Infantil y Obesidad' (Aladino) de AECOSAN.

Esto significa que casi la mitad de los niños y niñas en esa franja de edad padecían un exceso de peso, un problema que influye en la vida adulta ya que, según Moñino, un niño obeso "tiene más del 50 por ciento de probabilidades de ser obeso cuando sea adulto".

Por este motivo, los expertos recomiendan consumir al menos cinco raciones entre frutas y hortalizas al día, es decir, "alrededor de más de 600 gramos por persona al día", aunque actualmente en España se consumen de media menos de 400 gramos por persona y día. La recomendación genérica es de tres raciones de fruta y dos de hortalizas, aunque lo esencial es que se consuman ambos tipos de alimentos diariamente.

Una ración equivale a entre 140 y 150 gramos de alimento en crudo y limpio, lo que es igual a una pieza de fruta mediana de pera, manzana, naranja y a un plato pequeño de hortalizas cocinadas como acelgas, espinacas o col. Para las frutas más pequeñas o más grandes, habrá que ajustar el tamaño de la ración y la cantidad.

La familia es un factor determinante
El rol de la familia en la alimentación de los niños es muy influyente. Un cambio de hábitos no será posible si los padres no predican con el ejemplo, por lo que Moñino ha afirmado que es importante que los padres tomen frutas y verduras "con regularidad y con la misma frecuencia que pretenden que los hijos la tomen".

En algunas familias, y especialmente en aquellas con hijos que muestran un especial rechazo a las verduras o a ciertas frutas, la alimentación se convierte en un problema. En este sentido, Moñino ha señalado que "la alimentación de los niños no es una batalla, ni tiene que causar estrés. Hay que tener paciencia, porque se está educando en hábitos y la familia es uno de los factores que más influyen a la hora de establecer los hábitos alimentarios en los niños".La mayor parte de los niños españoles menores de 9 años no comen verdura a diario

Para hacer más fácil el consumo de frutas y hortalizas, es recomendable que los niños participen en la compra a la hora de elegir los alimentos, de forma que puedan mostrar sus propias preferencias entre ciertas verduras o frutas de temporada. Por otro lado, hay que optar por presentaciones de comida llamativas y atractivas, como ensaladas, gazpachos o pistos, e introducir estos alimentos en otros platos. Finalmente, si el niño sigue rechazando un producto en concreto, hay que optar por una alternativa y no forzar el consumo.

Zumos, sólo uno al día
Aunque los zumos pueden ser una opción para incluir las frutas en la dieta diaria, Moñino ha alertado de que los zumos, tanto los caseros como los comerciales, "no aportan la misma cantidad de nutrientes". Lo más recomendable es consumir la fruta u hortaliza entera y, como mucho, consumir un vaso de zumo al día de unos 150 mililitros aproximadamente.

Durante el verano es más usual salir de casa y llevar comida, como por ejemplo, a una excursión o a la playa. Para mantener la fruta fresca y en buen estado, lo mejor es llevar la fruta entera en un recipiente con hielo o en una nevera con acumuladores de hielo. De esta forma, se mantendrán las cualidades nutricionales de la fruta o la verdura en cuestión y también su sabor.

En el caso de frutas grandes, se puede meter una parte en un recipiente de plástico de uso alimentario y este, dentro de otro mayor con acumuladores de frío. Aún así, hay que tener cuidado con los trozos de fruta ya que, no puede pasar mucho tiempo después de cortada. Por ejemplo, el melón solo se puede comer tres o cuatro horas después de haberlo cortado y solo si se mantiene frío.