En estas edades lo aconsejable es que descansen al menos 10 horas. Si el niño no duerme lo suficiente es muy probable que tampoco desayune bien. 

Durante el sueño se produce un proceso de renegación y reparación de nuestro metabolismo que prepara el cerebro para tener sensación de hambre cuando nos despertamos. Por eso, si se levantan somnolientos también estarán cansados, irritables y sin apetito.

No dormir lo suficiente afectará además a su rendimiento escolar, físico e intelectual.  Así que desde El Estirón recomendamos a los más pequeños dormir al menos 10 horas.