Así lo desvela el informe "Jóvenes y seguridad vial" elaborado tras dos mil encuestas a jóvenes conductores dentre 18 y 29 años, que destaca además que piensan que debería penalizarse más el no usar el cinturón de seguridad y las sillitas infantiles (84 %) y no cumplir las señales de velocidad (81 %).

El estudio subraya que los jóvenes lideran la reducción más significativa en el número de fallecidos por siniestralidad vial en los últimos diez años, al pasar de 1.500 al año a más de 400 en cada uno de los dos últimos, un 75 % menos. Aunque esta tendencia se ha roto en los tres últimos ejercicios y en 2016 ha repuntado un 4 %.

El informe desvela que siete de cada diez jóvenes se considera "buen conductor" y que en su mayoría son conscientes de que entre los riesgos de accidente más frecuentes están el consumo de alcohol (lo destaca el 92 %) y drogas (87 %), así como superar la velocidad permitida (85 %), conducir cansado (74 %) y hablar por el móvil (70 %).

Coinciden además en la necesidad de disponer de tecnologías innovadoras de seguridad vial como el sistema que detecta que el conductor está bajo los efectos del alcohol (92 %) y cajas negras (90 %), así como limitadores de velocidad que impidan exceder los máximos establecidos (74 %).

El estudio pone de manifiesto que, por lo general, este colectivo conduce vehículos más pequeños, con menor equipamiento de seguridad y más antigüedad, y resalta que el hecho de que utilicen el segundo o el tercer vehículo de la familia y conduzcan motos frecuentemente les hace más vulnerables en caso de accidente.

Advierte de su falta de experiencia que conlleva que tengan más dificultades para anticiparse y reaccionar ante los peligros y que, en términos generales, los jóvenes disponen de menos conocimientos a la hora de conducir de manera segura ante determinadas condiciones climatológicas y situaciones en la carretera.