Cuando conducimos entre la puesta y la salida del sol se incrementa el riesgo de sufrir un accidente debido a que vemos peor. De hecho, cerca de la mitad de los accidentes de tráfico tienen lugar de noche, según datos de la DGT.
Comprueba las luces del coche
Los focos son uno de los elementos que más influyen en la seguridad. Por este motivo deben estar en perfecto estado de mantenimiento.
Ojo con los deslumbramientos
De noche es más probable que las luces de otro coche nos deslumbren. Por lo que es importante que estemos más atentos de lo normal. Las luces del habitáculo, las del móvil de alguno de los acompañantes reducen nuestra visibilidad y nos distraen. Así que apágalas.
Menor visibilidad
Es obvio que no se ve igual de día que de noche. Por lo que debemos extremar la precaución ante los animales que nos podemos encontrar en la calzada, baches, curvas y objetivos. Un truco, guíate por la línea blanca de la derecha.
Adapta la velocidad a las circunstancias
Uno de los mandamientos de la conducción está en nuestra adaptación a las circunstancias. Así que de noche debemos reducir la veocidad.
Descansa
Si de día es recomendable descansar cada dos horas o 200 kms, de noche todavía más. Así evitaremos la fatiga visual, lo que nos hace perder reflejos y nos distrae.