EL ABS

El ABS es un sistema cuenta con cuatro sensores que miden las velocidades de rotación y envían ese dato a la centralita de control. Mientras las cuatro ruedas giran a la misma velocidad, el sistema no actúa. Al frenar a fondo debido a una emergencia, cuando alguna de las ruedas empieza a girar más deprisa que las otras, el sistema abre la pinza de freno de esa rueda hasta que la velocidad de giro se iguala.

Los ABS de última generación son capaces de medir y de actuar sobre cada rueda de manera independiente hasta 5 veces por segundo. Cada vez que se abre alguna de las pinzas el líquido de frenos vuelve a la bomba, es por eso que al usar el ABS notamos una vibración en el pedal, que además nos empuja en pie hacia arriba. Este efecto es completamente normal y debe servirnos como "testigo" de que estamos usando la máxima capacidad de detención del coche.

¿Por qué evitar el bloqueo?

Para que un neumático tenga la máxima adherencia, la banda de rodadura debe deformarse ligeramente, cuando la rueda se bloquea, se produce un brutal aumento de temperatura el neumático deja de deformarse se pone rígido y de desgasta rápidamente en la zona de contacto con el asfalto (hace un “plano”), lo que disminuye drásticamente la adherencia y aumenta la distancia de detención.

Además, cuando el coche bloquea las ruedas por efecto de una frenada deja de tener capacidad de dirección y su comportamiento es como si fuera subido sobre cuatro tacos de goma, lo que no hace perder cualquier capacidad de control del mismo. Por eso las dos ventajas fundamentales del ABS son la reducción de las distancias de frenado y la posibilidad de poder esquivar el obstáculo o seguir tomando una curva sin tener que dejar de frenar a fondo.

¿Cómo debe actuar el conductor?

En una frenada de emergencia se debe pisar a fondo el freno y el embrague hasta que el coche se detenga por completo. El embrague debe pisarse porque de no hacerlo el dispositivo anti calado de la centralita de gestión del motor acelerará para evitar que se pare el motor. Los frenos siempre pueden con el motor, pero ese efecto puede alargar unos metros la frenada.

A 120 km/h un coche con ABS frena entre 50 y 55 m (distancia de frenado), el resto de distancia se debe a lo que tardamos en pisar el freno desde que se produce la situación de emergencia (distancia de reacción). La DGT establece ese tiempo de reacción de un conductor en 1 segundo, lo que significa que a esa velocidad recorremos 33 metros sin haber hecho nada.

Un sistema nervioso normal reacciona entre 3 y 5 décimas de segundo, por lo que la concentración y la atención permanente es lo que nos permitirá reducir la distancia de detención (la suma de la distancia de frenado y de la de reacción). En términos prácticos y como ejemplo un conductor atento puede detener su coche a 120 km/h entre 60 y 70 m, mientras que otro conductor distraído o desatento elevará esa distancia hasta casi los 90 metros.