28/07/2010.- Llegan las vacaciones de verano y con ellas los desplazamientos en coche. Durante el viaje todos deseamos que el buen tiempo nos acompañe pero el calor al volante se puede convertir en un auténtico peligro. Dicen los expertos que conducir con una temperatura superior a los 35 grados en el interior del vehículo es igual de peligroso que beber alcohol. El conductor deja de percibir una de cada cinco señales de tráfico y los errores aumentan hasta un 30 %.

Las altas temperaturas al volante aumentan el tiempo de reacción y pueden producir despistes, cansancio prematuro e incluso sacar a relucir el lado más agresivo de los conductores.

Para combatir el calor, los expertos recomiendan hidratarse frecuentemente, para a descansar en caso de sentirse con sueño o cansado y bajar las ventanillas del coche si no se tiene aire acondicionado.

Lo ideal es mantener el habitáculo entre 19 y 24 grados.