"Al volante, si miras el móvil de vez en cuando, solo ves la carretera de vez en cuando". Es el mensaje que la DGT lanza con "Magia", su nueva iniciativa con la que quiere hacer ver a los conductores que cuando miran al móvil en un trayecto cualquiera aparecen y desaparecen semáforos, peatones y otros vehículos durante unos segundos.

Los nuevos spots duran 20 segundos y podrán verse en televisión y redes sociales, con el objetivo de mostrar al espectador que en unos instantes la magia se esfuma cuando un conductor que lleva el móvil una mano atropella a una viandante.

"Quizá se pueda pensar que no pasa nada por leer un mensaje pero sí que pasa", ha declarado el ministro del Interior, Juan Ignacio Zoido, acompañado del director de la DGT, Gregorio Serrano, en la presentación de esta campaña que vuelve a advertir sobre las consecuencias del uso del móvil al volante, una distracción cada vez más frecuente, ya que el 25 por ciento admite que habla sin manos libres y un 18 % confiesa que responde a mensajes.

Por eso, Interior avanza que en la nueva Ley de Tráfico la reincidencia en esta infracción -actualmente sancionada con 200 euros de multa y la pérdida de tres puntos en el carné- tenga un mayor castigo, aunque Zoido ha preferido no adelantar que medida concreta se estudia.

Sí que ha dejado claro que la conducción distraída está detrás del 25 % de los accidentes y del 31 % de los fallecidos, según las principales cifras de siniestralidad de 2016 o que en esas distracciones el uso del móvil sea la acción más repetida.

Zoido ha ofrecido otras cifras que alertan de las consecuencias de esta práctica, como el hecho de que al marcar un número en el móvil a una velocidad de 120 km/h recorremos, sin ver la carretera, una distancia de 429 metros, equivalente a unos 4 campos de fútbol. Si escribimos un mensaje recorremos 660 metros a ciegas.

Y no solo el conductor deja de ver la carretera, lo que supone una distracción visual, sino que también se produce una distracción cognitiva, porque la mente está ocupada en otra tarea como escribir un mensaje o la distracción manual, ya que los dedos van tecleando las letras o botones. En definitiva, acciones que multiplican por 23 la posibilidad de accidente.

"Cuando alguien diga que no pasa nada debería darse cuenta de que dejan de captarse la mitad de las señales o que aumenta el riesgo de accidente", ha advertido Zoido tras destacar que el peligro afecta también a los peatones que van ensimismados con sus teléfonos sin darse cuenta de que un semáforo está ya en rojo, por ejemplo.