Tras analizar 30 modelos diferentes de sillitas infantiles, el RACE considera que 17 son satisfactorios, seis aceptables y siete insatisfactorios.

La primera condición para que los más pequeños vayan seguros es que la sillita esté homologada. La segunda es que sea fácil de utilizar y en tercer lugar que sea acorde a las medidas del niños.

Entre las siete mejor valoradas, se encuentran aquellas que se instalan en sentido contrario a la marcha. De ese modo el impacto se reducirá y no habrá lesiones graves de columna.

En el estudio se han tenido en cuenta por primera vez aspectos como los materiales de fabricación. De nada sirven los sistemas de sujeción si no se usan. De hecho, el 37% de los niños fallecidos en carretera el año pasado no llevaba sillita de seguridad.