El peligro depende de lo sujeto que vaya el niño y de cómo sea el abrigo que lleve puesto, porque la prenda genera un volumen falso en el torax del menor que aumenta las posibilidades de que se deslice hacia delante.

Además, cuando se trata de anoraks fabricados con tejidos impermeables y resbaladizos aumenta aún más el riesgo den los menores.

Respecto al uso de la sillita homologada, 1,2 millones de conductores "no la usan siempre", según destaca el informe elaborado por el comprador de seguros Acierto.com

De ellos, el 27 % reconoce no hacerlo nunca y el 73 % admite que, a veces, "se le pasa". Además, el 10 % de los encuestados considera que este sistema de retención infantil "no protege adecuadamente" a sus hijos.

Por otra parte, el estudio indica que 3 de cada 5 bebés han viajado en su "capazo" (maxicosi) más de una hora y media seguida alguna vez y que el 20 % lo hace de forma habitual.

Para la empresa española esta práctica es una "pésima idea", ya que la postura que adquieren los niños en estos dispositivos "incrementa el riesgo de bradicardia -un bombeo más lento del corazón-, de apnea -el bebé deja de respirar durante unos segundos- y de desaturación de oxígeno -que provoca la llegada de menos oxígeno a la sangre-". "Este capazo hace que los pequeños tiendan a flexionar el cuello y a colocarse en forma de C, lo que provoca el cierre de la boca y dificulta la respiración".

Por tanto, el comparador ha recomendado colocar el abrigo al niño por encima de la silla y revisar los cinturones y arneses, que nunca deberán ir doblados o retorcidos.

La comprobación de que la sillita cumple con los parámetros de peso y edad del menor, así como sus cinturones y que resulte fácil de instalar son otros de los consejos que han de ser tenidos en cuenta.