Periodistas de Ponle Freno han recorrido seis provincias españolas (Madrid, Barcelona, Valencia, Sevilla, Bilbao y Burgos) y se han situado en 35 puntos de medición que incluían autopistas, autovías, carreteras y vías urbanas y han realizado 9.301 mediciones.

El trabajo de campo se realizó durante quince días del mes de noviembre de 2011. Se evitaron los días de lluvia que podían modificar los comportamientos habituales de los conductores al volante.

Para la medición usaron pistolas radar calibradas y homologadas, que fueron previamente probadas con vehículos con la velocidad controlada por GPS sin arrojar errores de +-1% en las mediciones.

Conclusiones del estudio
La conducta de los conductores no es heterogénea respecto al límite: hay varios puntos donde registramos más de un 95% de vehículos por encima del límite, y otros donde registramos más de un 95% dentro del límite. Eso indica que el límite muchas veces está mal puesto.

Los turismos son los vehículos que más infringen el límite, cerca de un 63% de los coches circulan por encima. 

Los camiones y los autobuses son los más respetuosos con los límites, aunque uno de cada cuatro camiones circula por encima y uno de cada tres autobuses hace lo propio.

Las furgonetas y las motos respetan los límites más que los coches, pero los infringen por igual: un 55% de vehículos de estos sectores por encima.

Los turismos de color negro, y de colores distintos al rojo y al blanco son los que más infringen los límites: los negros un 63%, los blancos y los rojos un 59%. Los vehículos de otros colores, un 64%.

•Cuatro de cada diez coches frenan ante la proximidad de un radar.

El estudio refleja la desigualdad en el comportamiento de los conductores ante idénticos límites de velocidad.  Estos datos nos indican que el límite es sólo uno de los criterios que un conductor sigue al elegir su velocidad. 

Todo ello nos lleva a concluir tajantemente que los límites españoles son una buena referencia, pero que en muchos puntos de nuestra geografía están desfasados al alza o a la baja. Y en esos casos, los conductores eligen ignorar el límite y circular a una velocidad superior o inferior a la que se sienten más cómodos.

Las conclusiones de este estudio no van en la dirección de modificar, ni al alza ni a la baja, los límites actuales genéricos de velocidad. Pero sí que reclaman una auditoría de señales y límites de velocidad en muchos puntos de nuestras carreteras en los que los límites están mal puestos. Es decir, no se cuestionan los límites genéricos, sino los concretos de muchos puntos de España.