La categorización de la DGT comenzó en 2016 y tiene su origen el Plan nacional de calidad del aire y protección de la atmósfera 2013-2016.

La clasificación de los vehículos mediante estos cuatro distintivos ambientales tiene como objetivo categorizar a los vehículos más respetuosos con el medio ambiente y ser un instrumento eficaz al servicio de las políticas municipales, tanto restrictivas de tráfico en episodios de alta contaminación, como de promoción de nuevas tecnologías a través de beneficios fiscales.

Hasta el 24 de abril de 2019, no es obligatorio llevarla, pero si te ha llegado la etiqueta a casa es recomendable que la pegues en el ángulo inferior derecho del parabrisas delantero, para facilitar la identificación de los vehículos menos contaminantes.

La DGT envió unos 4,5 millones de etiquetas a propietarios de vehículos. Si no recibiste la tuya o la desechaste, tranquilo, puedes consultar las oficinas de Correos en las que se puede adquirir y solicitarla presentando el permiso de circulación y abonando 5 euros.