Ochocientas familias de cuatro urbanizaciones de Corbera, en Barcelona han denunciado el mal estado de la única carretera de acceso que tienen a sus casas. En algunos tramos hay precipicios de hasta ochenta metros y ni siquiera existen quitamiendos. Las curvas son pronunciadas, sin vallado ni señalización, “ponerse al volante supone un peligro” nos cuentan los conductores.

Los últimos temporales han empeorado la vía y parte de la calzada ha desaparecido. Son ochenta metros de desnivel por los que ya se han caído varios vehículos. El cartero de la zona ha tenido tres accidentes.

Los vecinos temen por su seguridad y piden al Ayuntamiento que arregle la vía. El consistorio, sin embargo, asegura que no puede asumir el millón de euros que cuesta la obra.