04/05/2010.- La moto es un vehículo vulnerable. La definición de "vulnerable" en seguridad vial responde a vehículos como las bicicletas o las motos y trata de protegerlas otorgándoles una discriminación positiva. En Alemania, por ejemplo, que un coche derribe una bicicleta, aún sin consecuencias físicas y sin analizar la culpabilidad, suele acabar con el conductor del turismo en comisaría declarando.

La idea con la etiqueta de "vulnerable" es tratar de transmitir a los coches y vehículos pesados que siempre hay que concederle preferencia y protección a bicicletas (especialmente) y a las motos, porque no es una cuestión de quién tiene razón en un accidente: simplemente, si un coche y una moto colisionan, es posible que haya un herido de consideración. Hay que evitar esa colisión como sea.

Desde luego, lo primero que hay que exigir es que el conductor de la moto extreme sus precauciones. Es el primer interesado, porque le va en ello la salud. Pero también hay que ser muy rotundo y pedirles al resto de los vehículos un respeto máximo, porque las consecuencias de un despiste en coche pueden tener unas conclusiones nefastas para una moto.

Pero no se trata sólo de una cuestión de conductores. También nuestras vías no están preparadas en muchos casos para las motos, cuyo parque ya no es, ni mucho menos, residual. El actual censo habla de cuatro millones de motocicletas en España.

Por ello hay que exigir vías seguras, sin pintura deslizante, alcantarillas abiertas, baches peligrosos, gravilla, riego descontrolado, badenes sin señalizar, juntas de dilatación metálicas en curva... Y, por supuesto, con barreras de protección (popularmente conocidos como guardarraíles o quitamiedos) adaptadas a la motocicleta.

Las antiguas barreras de protección, monobionda, están fijadas con unos peligrosísimas viguetas en forma de "hache" que tienen filos cortantes. Cuando un motorista sufre una caída, puede resbalar por el asfalto y, o bien pasar bajo la monobionda y despeñarse por un barranco, o bien colisionar con una de esas peligrosas viguetas.

Según los peritos de las compañías de seguros, basta una caída tonta a 30 kilómetros por hora para que un motorista puede perder una brazo o una pierna contra uno de estos peligrosos filos.

Las barreras de protección más modernas han ido mejorando. Las viguetas han abandonado su forma de "hache" para convertirse en unas deformables de aluminio en forma de "u", o se han forrado con materiales amortiguantes. Nada de ello corrige suficientemente el drama: la única solución es que sólo haya barreras de protección donde realmente sean necesarias, y que las que existan sean de doble bionda deformable. Estas últimas tienen una bionda inferior que detiene el cuerpo del motorista y además se deforma, absorbiendo parte del impacto. Son la única solución razonable y debemos exigir que estén en todas las curvas de nuestras carreteras.

Otro de los elementos de seguridad más importante en moto es el equipamiento. Vestir una ropa adecuada, con protecciones modernas y homologadas, disminuye espectacularmente el riesgo de lesiones en una caída. Manga larga, guantes, calzado que cubra el tobillo y un casco homologado es imprescindible, incluso en los desplazamientos más cortos.

El casco tiene que estar homologado, no ha debido recibir previamente ningún impacto que haya roto su estructura interna, y tiene que ir bien atado. Un casco sin atar es realmente tan peligroso como no llevar casco. Lo mejor es un casco integral y no tipo jet, porque proteger la cara es muy importante.

Y hay una práctica habitual tremendamente peligrosa: algunos motoristas no se ponen el casco pero lo llevan colgado en el brazo. Eso puede originar que, en una caída tonta, no sólo esté en peligro la cara y la cabeza del motorista... también será muy probable una doble fractura de brazo.

En moto evitas los atascos y aparcas en la puerta. Pero ten prudencia y asegúrate siempre de que los demás te han visto antes de iniciar cualquier maniobra.