En primer lugar, es importante que comprendas la complejidad de la violencia de género.

En ocasiones son las propias víctimas las que se oponen a denunciar a su agresor por diferentes razones, entre las que se pueden incluir el miedo, la culpabilidad, la vergüenza, la falta de redes de apoyo social o familiar o la dependencia económica del agresor.

Esta resistencia puede provocar incomprensión en el entorno, por lo que toda la ayuda que personas cercanas podáis brindarle es fundamental, tanto en el caso de familiares como amistades y compañeros de trabajo.

Nuestra recomendación es que no presiones y hagas saber que estás ahí para apoyarla. Trata de comprenderla y no la juzgues. Habla con ella de sus sentimientos, del mal trato, del control que ejerce su pareja y de la oportunidad que tienen ella y, en su caso, sus hijos e hijas de empezar a vivir sin miedo y en un ambiente libre de violencia.