Para eso hizo falta utilizar un acelerador de partículas, en concreto el que se encuentra en Suiza, en el CERN. Se trata de un tubo circular de 27 kilómetros de circunferencia por el que se lanzan haces de partículas a muchísima velocidad con la idea de hacerlas colisionar y observar que otras partículas nacen a partir de esos choques.

Estos experimentos dan como resultado ingentes cantidades de datos que hace falta analizar para encontrar, entre toda la paja, el preciado grano que diga si las teorías propuestas se confirman o hay que seguir buscando. El trabajo de Calderón consiste en analizar esos datos y gracias a ella y a sus cientos de compañeros, el 4 de julio de 2012, el bosón de Higgs pudo darse por descubierto.

Gracias a este fundamental descubrimiento para el Modelo Estándar de la Física de Partículas, el belga François Englert y el británico Peter Higgs lograban el premio Nobel por su teoría de cómo las partículas adquieren masa. Además, el CERN y sus físicos fueron nombrados en el evento de los Nobel por su gran labor y mérito profesional.