Antes de llegar a esta conclusión, se habían realizado otro tipo de mediciones de este tipo en suero sanguíneo, sudor o aire exhalado pero no, en una zona en concreto.

La novedad de este trabajo, publicado en la revista científica 'Journal of Proteomics'radica en que el fluido analizado procede, por primera vez, del lugar donde radica el daño, que es en la parénquima o tejidos pulmonares, posibilitando así una diagnosis temprana de la enfermedad lo que supone, sin lugar a dudas, un gran avance. 

Para la obtención de las muestras, se ha utilizado la técnica del lavado broncoalveolar, que consiste en introducir en la tráquea y la boca una sonda con una disolución salina que llega hasta el pulmón. La mezcla resultante de la interacción de este líquido con el tejido del órgano contiene moléculas o metabolitos y células, que constituyen el objeto de investigación de este trabajo.

Así, para poder llegar a estas muestras, los científicos emplearon distintos métodos como la espectometría de masas de alta resolución, que permite pesar la masa de las moléculas, identificar y comprobar cuáles son los metabolitos que se transforman y cuáles se presentan en mayor o menor proporción en los procesos cancerígenos.