Se trata de un nuevo descubrimiento realizado por científicos de la Universidad de California, Berkeley, Estados Unidos, y publicado en la revista 'Nature'.

Este ARN, llamado ARN mensajero (ARNm), se crea en el núcleo y transporta en el citoplasma celular para conectar con la maquinaria productora de proteínas, el ribosoma. 
La mayoría de los científicos ha asumido que estas moléculas de ARNm son, dejando de lado sus secuencias únicas, genéricas, con algunas características peculiares que podrían servir como un talón de Aquiles al que dirigir los medicamentos.

En cambio,Jamie Cate, profesor de Biología Molecular y Celular la Universidad de Berkeley y Amy Lee y Philip Kranzusch han encontrado que un pequeño subconjunto de estos ARNm, la mayoría de ellos codificando proteínas relacionadas de alguna manera con el cáncer, llevan etiquetas únicas. Estas cortas etiquetas de ARN se unen a una proteína, eIF3 (factor de iniciación eucariótico 3), que regula la traducción en el ribosoma, haciendo del sitio de unión un objetivo prometedor.

"Hemos descubierto una nueva forma en la que las células humanas controlan la expresión de genes del cáncer en la etapa en que los genes se traducen en proteínas. Esta investigación resalta que se podría apuntar al ARNm en donde estas etiquetas se unen con eIF3, explica Cate. Son nuevos objetivos para tratar de llegar a pequeñas moléculas que pudiesen afectar o estabilizar estas interacciones, de tal manera que podríamos controlar cómo crecen las células".

Estos ARNm etiquetados, menos de 500 de los más de 10.000 ARNm en una célula, parecen ser especiales por el hecho de que llevan información sobre proteínas específicas cuyos niveles en la célula deben equilibrarse con delicadeza para que no se incline hacia procesos como el crecimiento celular acelerado, que puede conducir al cáncer.

"Nuestros nuevos resultados indican que una serie de genes clave que causan cáncer, genes que en circunstancias normales mantienen a las células bajo control, se mantiene bajo control antes de fabricar las proteínas", apunta Cate. "Esta nueva etapa de control, que nadie conocía antes, podría ser un gran objetivo para nuevos fármacos contra el cáncer",explica el experto.

Mientras que nuestros genes residen en el interior del núcleo de la célula, la maquinaria para la fabricación de proteínas se encuentra en el citoplasma y el ARNm es el mensajero entre los dos. 

Todo el ADN de un gen se transcribe en ARN, después de lo cual las piezas no funcionales se cortan para producir ARNm, que, a continuación,se transporta fuera del núcleo al citoplasma, donde un complejo llamado gloms comienza en el ARNm y lo acompaña al ribosoma. El ribosoma lee la secuencia de ácidos nucleicos en el ARNm y expulsa una secuencia de aminoácidos: una proteína.

"Si algo sale fuera de la sintonía de la capacidad de una célula para saber cuándo y por dónde empezar la síntesis de proteínas, se produce el riesgo de contraer cáncer, porque puede llevar a una síntesis de las proteínas no controlada, detalla este experto. Las proteínas están activas cuando no deberían estarlo, lo que sobreestimula las células".

La proteína eIF3 es un componente del complejo de iniciación y está a su vez compuesto por 13 subunidades de proteínas. Ya se sabe que regula la traducción del ARNm en proteína, además de su papel en la estabilización de la estructura del complejo. La sobreexpresión de eIF3 también está relacionada con los cánceres de mama, próstata y esófago.