Se trata de un trabajo internacional elaborado por el Grupo Oncológico para el Tratamiento y Estudio de Linfomas y muestra como hasta el 42%  de estos pacientes son tratados por un especialista en Medicina General.

Para muchos expertos, el problema es la especialización que requiere así como el reciclaje continuo.

Esto se debe a que son necesarios estudios de TAC y PET y un correcto análisis patológico y molecular, que requiere una gran preparación profesional y que no siempre está disponible o se realiza con celeridad.

Así, a la escasez de profesionales se une el restraso en el diagnóstico y, más aún, en el estidaje del tumot una vez detectado.

Frente a estos problemas, el dato positivo para los especialistas de GOTEL es la mejora de la supervivencia y las buenas perspectivas en los tipos de linfoma más agresivos gracias a la llegada de la inmunoterapia y los fármacos biológicos, que los han convertido en un modelo de enfermedad oncológica curable.