Un grupo de científicos del Centro RIKEN de Biología del Desarrollo en Japón, junto con colaboradores de la Universidad de Ciencias de Tokio y otras instituciones japonesas, han hecho crecer con éxito tejido de la piel complejo en el laboratorio.

Con este hallazgo han logrado implantar estos tejidos tridimensionales en ratones vivos y los tejidos formaron conexiones adecuadas con otros sistemas de órganos, como nervios y fibras musculares.

La investigación en bioingeniería de tejidos ha dado lugar a importantes logros en los últimos años, con la creación de diferentes tipos de tejidos, pero todavía hay obstáculos que superar. 

En el área de tejido de la piel, se han cultivado con éxito células epiteliales en láminas implantables, pero no tenían los apéndices apropiados, las glándulas sebáceas y las glándulas sudoríparas, que permitieran al tejido funcionar de forma normal.

Para realizar este estudio, los investigadores tomaron células de encías de ratón y emplearon productos químicos para transformarlas en células iPS similares a las células madre. 

En cultivo, las células se desarrollaron adecuadamente en lo que se llama un cuerpo embrioide (EB), un grupo tridimensional de células que se asemeja parcialmente al embrión en desarrollo en un cuerpo real.