Los tumores provocan que las células llamadas fibroblastos den rigidez al tejido circundante de manera que las células cancerosas puedan agarrarse a ellos permitiéndoles pasar a través de la corriente sanguínea y extenderse por todo el cuerpo.

Pero el equipo de expertos ha explicado que añadir fármacos experimentales se reprogramaron los fibroblastos, impidiendo que proporcionen rigidez al tejido alrededor de los tumores. Este tejido sano atrapa las células cancerosas, bloqueando su movimiento lejos del tumor.

Estos expertos mostraron en ratones que dirigirse a los fibroblastos redujo el movimiento de las células cancerosas del tumor a los pulmones y el hígado a través del torrente sanguíneo. 
"Esto podría ser una nueva y emocionante forma de aprovechar el potencial del tejido sano circundante para contener los cánceres y frenar los tumores agresivos, deteniendo la migración de las células del cáncer y su traslado a nuevos lugares en el cuerpo", afirma el coautor principal del estudio, Erik Sahai, del Instituto Crick Francis.

Como estos fibroblastos están presentes en todos los tumores sólidos, estos resultados pueden ser relevantes para muchos tipos de cáncer diferentes. "La terapia que probamos se utiliza para tratar las enfermedades inflamatorias y podría ser empleada para el tratamiento de pacientes con cáncer", adelanta esta investigadora.