La Organización Mundial de la Salud prevé un incremento del 27% en la incidencia del ictus durante los próximos 15 años en todo el mundo, teniendo en cuenta que el 75% se producen en personas mayores de 65 años, es importante el desarrollo de investigaciones que nos ayuden en la detección precoz de posibles casos en este grupo de edad.

Con todo ello, se ha realizado un nuevo estudio con casi 24.000 participantes, los que experimentaron un accidente cerebrovascular tuvieron una disminución en la función cognitiva y también una aceleración del deterioro cognitivo que persistió durante seis años.

Los investigadores concluyeron que los supervivientes de accidentes cerebrovasculares tuvieron una tasa significativamente más rápida de deterioro cognitivo después del accidente cerebrovascular en comparación con la tasa de pre-accidente cerebrovascular.

"Nuestro estudio tiene implicaciones potenciales para la práctica clínica, la investigación y la política de atención de salud. Aunque las guías de práctica clínica y los programas de mejora de la calidad recomiendan realizar evaluaciones cognitivas a los pacientes de accidente cerebrovascular antes del alta hospitalaria y también en la atención posterio, nuestros resultados sugieren que también se debe garantizar el seguimiento del deterioro cognitivo en los sobrevivientes de accidentes cerebrovasculares en los años posteriores al evento", plantean los autores.

Los accidentes de ictus se asociaron con disminuciones aceleradas y persistentes en la cognición global y la función ejecutiva (el proceso cognitivo que regula la capacidad del individuo para organizar pensamientos y actividades, priorizar tareas, administrar el tiempo y tomar decisiones), después de considerar los cambios cognitivos de las personas antes y después del ataque cardiovascular.