La Organización Mundial de la Salud prevé un incremento del 27% en el aumento de ciertas enfermedades como el ictus, durante los próximos 15 años en todo el mundo, por eso es importante el desarrollo de investigaciones que nos ayuden en la detección precoz.

Esta conclusión se ha obtenido tras analizar otros estudios e investigaciones en los que se ha examinado la relación entre las alteraciones del sueño y los accidentes cerebrovacular.

El equipo de científicos comprobó que los problemas respiratorios, durante el sueño, aumentan el riesgo de ictus y su posterior recuperación, al igual que los trastornos de sueño, si bien en estos últimos hay menos pruebas al respecto.

Debido a esta falta de pruebas y de los posibles efectos secundarios, los investigadores son cautelosos para recomendar el tratamiento de los trastornos de sueño-vigilia con medicamentos, aunque sí han recomendado a las personas que han sufrido un accidente cerebrovascular a cuidar la higiene de su sueño.

Finalmente, los científicos han aconsejado tratar con una máquina de presión positiva continúa las apneas del sueño ya que se ha demostrado que su uso puede mejorar los resultados tras haber padecido un accidente cerebrovascular.