Las inmunotoxinas están formadas por dos dominios unidos que actúan de forma coordinada: el primero, el marcador, está formado por un anticuerpo que reconoce específicamente a los marcadores tumorales; mientras, el segundo dominio es el tóxico, formado por una toxina que produce la muerte de la célula tumoral (la diana del primer marcador).

"La inmunotoxina produce la regresión de los tumores, evitando su crecimiento y proliferación", explica Javier Lacadena, autor del estudio e investigador del departamento de Bioquímica y Biología Molecular I de la facultad de Ciencias Químicas de la Universidad Complutense de Madrid (UCM). Además, la molécula que ha sido probada 'in vitro' y en modelo animal, "no produce daños o efectos secundarios en los ratones utilizados como modelo de experimentación". 

En el caso de esta nueva molécula (IMTXA33AalfaS), el marcador está formado por los dominios variables del anticuerpo monoclonal A33, que reconoce un marcador específico de cáncer colorrectal (el GPA33). Por su parte, el dominio toxico, lo integra la ribotoxina alfa-sarcina, que aniquila a la celula.  

Su modo de acción consiste en que produce un corte que inactiva el ribosoma, lo que impide la biosintesis de las proteinas y provoca la muerte celular. "No puede matar a las sanas porque no son reconocidas por el dominio marcador y, por tanto, no se une a ellas", afirma Lacadena, cuyo estudio se publica en 'SpringerPlus'.

Los investigadores han explicado que la escasez de recursos económicos se convierte en el principal lastre para llegar a los pacientes, al depender de la implicación de laboratorios o empresas a medio plazo; el problema es que, para que llegue a utilizarse, todavía falta profundizar en los resultados.