"El reconocimiento de esta asociación entre el cáncer de mama y tiroides debe impulsar el cribado atento para el cáncer de tiroides entre los que sobreviven al cámcer de mama", ha señalado la investigadora principal, Jennifer Hong Kuo, profesora asistente de cirugía en la Universidad de Columbia, Nueva York.

Esta experta recomienda que las pacientes que superan el cáncer de mama, cuyo número va en aumento, reciban asesoramiento en cuanto a su riesgo más alto que el promedio de cáncer de tiroides. Hasta ahora, "la relación entre el cáncer de tiroides y de mama y ha sido motivo de controversia", en gran parte sobre la base de estudios de una sola institución que han sugerido un posible aumento en la incidencia de cáncer de tiroides después del cáncer de mama.

Los investigadores utilizaron el Instituto Nacional del Cáncer de Vigilancia, Epidemiología y Resultados, identificaron los pacientes con un diagnóstico de cáncer de mama y/o cáncer de tiroides entre 1973 y 2011. Así, encontraron 704.402 pacientes con cáncer de mama, 49.663 pacientes con cáncer de tiroides y 1.526 pacientes que desarrollaron cáncer de tiroides después del cáncer de mama.

En comparación con las pacientes que solo sufrieron el cáncer de mama, las mujeres que luego sufrieron cáncer de tiroides eran más jóvenes en promedio cuando se les diagnostica el cáncer de mama. También tenían más probabilidades de haber tenido un carcinoma ductal invasivo (el tipo más común de cáncer de mama), un enfoque más reducido de cáncer, y de haber recibido radioterapia como parte de su tratamiento contra el cáncer de mama.

"Dado que el cáncer de tiroides tiende a producirse a edades más tempranas que el cáncer de mama, las mujeres que sobreviven al cáncer de mama y desarrollaron cáncer de tiroides eran mayores en promedio que aquellas con sólo el cáncer de tiroides: 62 frente a 45 años, respectivamente", ha explicado Kuo.
Por lo tanto, la doctora Kuo recomienda que cada año durante los primeros cinco años después de un diagnóstico de cáncer de mama, especialmente en mujeres que recibieron radioterapia, se sometan a un examen de tiroides.

Asimismo, Kuo planea estudiar si el tratamiento con tamoxifeno, que suele darse durante cinco años después de un diagnóstico de cáncer de mama, puede jugar un papel en el aumento del riesgo de cáncer de tiroides. La radioterapia en la cabeza, el cuello o el pecho es un factor de riesgo conocido para el cáncer de tiroides, de acuerdo con la Red de Salud Hormonal de la Endocrine Society.

El sexo femenino aumenta el riesgo tanto de tiroides y cáncer de mama. La incidencia de cáncer de tiroides está aumentando, y el Dr. Kuo dicho investigadores deben tener una mejor comprensión de la etiología de este aumento.