Se trata de un estudio publicado en la revista 'Nature' que nace con el objetivo de avanzar en los tratamientos contra esta enfermedad.

El cáncer de páncreas aparece cuando se forman células cancerosas en los tejidos del páncreas, su riesgo aumenta con la edad y la mayor parte se diagnostican entre los 60 y 80 años. 

Lamentablemente, se trata de un tumor muy agresivo del que aún no se conoce su 'talón de Aquiles', lo que significa que las tasas de curación son bajas y los avances en la investigación mediocres en comparación con otros tumores.

Mediante el uso de la secuenciación del genoma, este equipo reveló patrones amplios de 'variación estructural' o cambio, algo previamente invisible cuando se podían secuenciar sólo los genes codificadores de proteínas (en torno al 1% del genoma). 

Así como las imágenes por satélite nos permiten ver la Tierra como un todo y podemos realizar un zoom ampliar los detalles, la secuenciación del genoma permite ver el daño del ADN global y local con la misma eficacia.

Al igual que las masas de tierra o plataformas de hielo, los cromosomas enteros pueden romperse y reorganizarse. Bloques de ADN pueden separarse de un cromosoma y unirse a otro y los genes se pueden invertir, eliminar o multiplicar. Con el beneficio de una visión global, se detectaron cuatro tipos de reordenación genómica en el nuevo estudio: 'estable', 'reorganizada localmente', 'dispersa' e 'inestable'.

En algunos casos, en particular los genomas 'inestables', los cuales muestran los mecanismos de reparación del ADN defectuoso, ellos mismos sugirieron tratamientos eficaces.
Un estudio previo por parte del mismo equipo, que examinó sólo los 'exomas', genes codificadores de proteínas, dentro de la misma cohorte de cien pacientes, mostró un complejo paisaje mutacional, así como una enorme heterogeneidad entre los tumores. 

"La conclusión es que realmente tenemos que empezar a pensar en cambios en la secuenciación del genoma como un imperativo de diagnóstico. Los pacientes de nuestra cohorte dieron su consentimiento antes de la operación y hemos sido capaces de realizar un seguimiento de su progreso, comparando su supervivencia con los diversos tratamientos que se les dieron.

La secuenciación del genoma nos dio una imagen mucho más clara que antes. Hemos sido capaces de reflejar nuestro análisis en los pacientes y empezar a ver mejor relación entre lecturas, terapias y resultados", añade.