Una de las principales conclusiones de este estudio es la falta de tratamiento rehabilitador para estos pacientes por parte del sistema público de salud. 

"La enfermedad de Parkinson es la segunda patología neurodegenerativa más frecuente tras la enfermedad de Alzheimer", recuerda Rocío García-Ramos, neuróloga en la Unidad de Trastornos del Movimiento en el Hospital Clínico San Carlos, profesora de la facultad de Medicina de la UCM y autora principal del trabajo.

Los investigadores, a partir de otros estudios, han realizado una estimación del coste que esta patología puede llegar a suponer a cada paciente. 

Así, si se emplean determinadas terapias avanzadas, como estimulación artificial profunda o bomba de apomorfina, los costes son muy elevados llegando a los 17.000 y 50.000 euros por paciente al año. 

La mortalidad de los pacientes con párkinson es del doble respecto a personas que no sufren la enfermedad y su calidad de vida se va deteriorando de forma aguda según avanza la patología. 

"En muchos casos la dependencia, cuando la enfermedad está muy avanzada, puede ser total y abarca todas las actividades básicas de la vida diaria", asegura la científica.
Los principales síntomas son temblores en manos, brazos, piernas, mandíbula y cara, junto a rigidez en los brazos, piernas y tronco. Además, los pacientes se mueven con lentitud y presentan problemas de equilibrio y coordinación.