Los investigadores han descubierto un nuevo punto débil al que dirigir todos nuestros esfuerzos, un anticuerpo ampliamente neutralizante que se une a ese sitio de destino y cómo el anticuerpo impide que el virus infecte una célula.

El nuevo objetivo es una parte del VIH llamado péptido de fusión, una cadena de ocho aminoácidos que ayuda al virus a fusionarse con una célula para infectarla.  El péptido de fusión tiene una estructura mucho más simple que otros sitios en el virus que los investigadores vacunas contra el VIH han estudiado.

Para llegar a esta conclusión, el equipo de investigadores analizó primero la sangre de una persona infectada por el VIH para explorar su capacidad para impedir que el virus infecte a las células.

Comprobaron que la sangre de este paciente era capaz de neutralizar el VIH, pero no a través de las zonas vulnerables del virus donde se sabe que se unen los anticuerpos ampliamente neutralizantes contra el VIH. 

Fue así que decidieron aislar un potente bnAb en la sangre al que llamaron VRC34.01, y encontraron que se une al péptido de fusión y una molécula de azúcar.

Los científicos cristalizaron el anticuerpo mientras estaba atado al virus, lo que les permitió caracterizar en detalle a nivel atómico cómo VRC34.01 lleva consigo el VIH y reveló que el anticuerpo impide que el virus infecte una célula mediante la unión a una molécula de la superficie celular clave. 

Ahora, los investigadores se encuentran trabajando en el desarrollo de una vacuna diseñada para fabricar anticuerpos similares al anticuerpo.