El páncreas artificial podría estar disponible en el año 2018, según un artículo publicado en 'Diabetologia', la revista de la Asociación Europa para el Estudio de la Diabetes. Cuestiones tales como la velocidad de funcionamiento de las formas de insulina utilizada, la fiabilidad, la conveniencia y la precisión de la monitorización de la glucosa, además de la seguridad cibernética para proteger los dispositivos de la piratería, son algunos de los temas que se están abordando.

"En los ensayos hasta la fecha, los usuarios han estado contentos sobre cómo el uso de un páncreas artificial les da tiempo libre o unas 'vacaciones' en el manejo de la diabetes, ya que el sistema gestiona su azúcar en la sangre con eficacia sin la necesidad de una vigilancia constante por parte del usuario", han explicado los autores. 

Hay alternativas al páncreas artificial, con mejoras en la tecnología en el trasplante de páncreas y también los trasplantes de sólo las células beta del páncreas que producen insulina. Sin embargo, los receptores de trasplantes requieren medicamentos para suprimir su sistema inmunitario al igual que en otros trasplantes de órganos.

En el caso de todo el trasplante de páncreas, se requiere una cirugía mayor; y en el trasplante de células de los islotes beta, el sistema inmunológico del cuerpo todavía puede atacar las células trasplantadas y matar una gran proporción de ellas (80% en algunos casos). El páncreas artificial evita la necesidad de cirugía mayor y los fármacos inmunosupresores.