Se trata de un estudio, liderado por Heather Greenlee, investigadora de la Universidad de Columbia partidaria de este tipo de terapias alternativas como complemento a la medicina tradicional, por lo que la propia revista advierte que en la investigación podría haber 'conflictos de intereses'. 

A pesar de estos posibles conflictos, los resultados indican que el uso de estos tratamientos alternativos se asocia con un mayor riesgo de rechazar la quimioterapia, necesaria para frenar el avance del cáncer y aumentar su supervivencia.

No todas las mujeres con cáncer de mama inician el tratamiento de quimioterapia que se les recomienda ya que implica factores psicosociales, creencias y características clínicas y demográficas.

El uso de terapias complementarias y alternativas entre las pacientes con cáncer de mama ha aumentado en las últimas dos décadas, pero pocos estudios han evaluado cómo afecta su uso a la decisión de someterse o no a quimioterapia, señala la publicación en un comunicado sobre el trabajo.

Heather y su equipo han estudiado a un grupo de 685 mujeres con cáncer de mama en estadio temprano que fueron reclutadas desde múltiples lugares. Todas ellas eran menores de 70 años y padecían tumor de mama invasivo no metastásico.

La mayoría, 598 mujeres (87%), utilizaban terapias alternativas al inicio del estudio: vitaminas y minerales; hierbas y plantas, otros productos naturales y autocuidado de cuerpo y mente. El 38% eran usuarias de tres o más tipos de estas terapias.

En total, 306 mujeres recibieron la indicación de ser tratadas con quimioterapia y al resto se le dio una recomendación discrecional para este tratamiento.

A los doce meses, la mayoría de las mujeres con indicación de quimioterapia iniciaron el tratamiento (272, el 89%). El grupo de mujeres para quienes la quimioterapia era discrecional tuvo una tasa mucho más baja de inicio, del 36% (135 mujeres).