Un tratamiento de estimulación artificial parece que podría funcionar al inducir ondas cerebrales, conocidas como ondas gamma, que parecen ayudar al cerebro a suprimir la producción de beta-amiloide y revitalizar las células responsables de destruir las placas.

Este estudio supone un gran paso adelante pero, todavía, se necesita más investigación para determinar si un enfoque similar podría ayudar o podría resultar beneficioso para las personas que padecen Alzheimer, según ha explicado el autor principal del estudio, Li-Huei Tsai, profesor de Neurociencias, director del Instituto Picower para el Aprendizaje y la Memoria en el MIT.

"Es un gran 'si' porque tantas cosas que se ha demostrado que funcionan en ratones, fallan en humanos", dice Tsai. "Pero si los seres humanos se comportan de manera similar a los ratones en respuesta a este tratamiento, el potencial es enorme, porque es no invasivo y es muy accesible", añade este investigador, cuyo trabajo se publica en la edición digital de la revista 'Nature'.

El Alzheimer es una enfermedad que se caracteriza por placas beta-amiloides que se sospecha que son perjudiciales para las células cerebrales e interfieren en la función cerebral normal. Estudios anteriores han insinuado que los pacientes de Alzheimer también sufren alteraciones de las ondas gamma. 

Se cree que estas ondas cerebrales, que varían de 25 a 80 hercios (ciclos por segundo), contribuyen a las funciones cerebrales normales, entre ellas la atención, la percepción y la memoria.