Los galardones, que cada año reconocen las investigaciones de cinco jóvenes científicas nacionales menores de 40 años, han condecorado este año a las científicas españolas Patricia González-Rodríguez, Amaia Arruabarrena-Aristorena, Cristina Vieitez, Noelia Ferruz y Nuria Galiana por proyectos que van desde nuevas terapias para el Parkinson hasta la investigación con proteínas para avanzar en el tratamiento del cáncer.
En España, el programa que este año cumple 25 años a nivel internacional, ha reconocido en sus 17 ediciones a un total de 82 investigadoras españolas, a las que ha otorgado ayudas por un valor de más de 1,3 millones de euros.
El objetivo del programa es dar visibilidad a las mujeres en la ciencia e impulsar la vocación científica de las más jóvenes a través de unos premios dotados con 15.000 euros. Además, este año, por primera vez, todas las investigaciones se enmarcan bajo la nueva denominación única ‘Ciencias de la Vida y Medio ambiente’, una manera significativa de responder a los desafíos que plantea el cambio climático.
Las enfermedades neurodegenerativas y la lucha contra el cáncer
La primera de las premiadas, Amaia Arruabarrena-Aristorena (San Sebastián, 1987), se ha centrado en el estudio de alteraciones cooperativas en reguladores de la cromatina, es decir de la estructura condensada del ADN, relacionadas con el desarrollo del cáncer. El objetivo de la científica es sentar las bases de la regulación epigenética en el cáncer de mama, con el fin último de obtener una visión mecanística dirigida a la implementación de terapias personalizadas para los pacientes.
Pero ella no es la única investigadora que ha apostado por esta investigación. El proyecto de la doctora Cristina Viéitez (León, 1984) del Instituto de Biología Funcional y Genómica (IBFG) de Salamanca se centra en las histonas, unas proteínas que empaquetan los dos metros de ADN en el núcleo microscópico de nuestras células y cuyo mal funcionamiento está detrás de enfermedades como el cáncer.
En este sentido, los resultados de su proyecto tienen el potencial de revolucionar el campo de la Epigenética con la finalidad de reducir los nocivos efectos secundarios de los tratamientos actuales.
Por otra parte, y en relación a una de las enfermedades neurodegenerativas con mayor incidencia en España como es el Parkinson, el proyecto de la científica Patricia González (Cádiz, 1983), de la Universidad de Sevilla, se ha marcado el objetivo de entender mejor la fisiopatología de la enfermedad de Parkinson y con ello contribuir al desarrollo de nuevas terapias que mejorarán la calidad y esperanza de vida de los pacientes con Parkinson.
La inteligencia artificial y la ecología
En relación a los desafíos ambientales y médicos sin precedentes que plantea el siglo XXI, la investigación de Noelia Ferruz (Zaragoza, 1988), la cuarta premiada en esta cita, centra su trabajo en el uso de técnicas avanzadas de inteligencia artificial (IA) para el procesamiento del lenguaje. Su proyecto constituye una forma nueva de generar proteínas con funciones a la carta, que podrán usarse para el tratamiento de enfermedades o para paliar los efectos del cambio climático.
Por último, Nuria Galiana (Tortosa, 1988), científica en el Museo Nacional de Ciencias Naturales, ha planteado en su proyecto de investigación la influencia de las interacciones bióticas entre las especies para la distribución espacial de estas en el mundo, un campo emergente que está evolucionando muy rápido.
El objetivo principal de su proyecto es generar conocimiento para poder diseñar estrategias de conservación informadas; es decir, entender cómo cambian los ecosistemas y cómo se ven afectados por el cambio climático para, posteriormente, poder diseñar estrategias de conservación más efectivas.
'Chicas, la ciencia nos necesita': Constantes y Vitales se vuelca en inspirar la vocación científica en niñas y adolescentes
' Chicas la ciencia nos necesita' es el llamamiento que lanzamos desde Constantes y Vitales, coincidiendo con la celebración del Día Mundial de la Mujer y la Niña en la Ciencia, que se conmemora el 11 de febrero. Durante todo el mes nos volcaremos en construir referentes femeninos que ayuden a romper estereotipos de género y despertar la vocación científica entre las niñas y las adolescentes e inspirar el liderazgo científico femenino.
