El investigador del Centro Nacional de Investigaciones Oncológicas (CNIO), Nabil Djouder, ha recibido una ayuda de 300.000 euros por parte de la Asociación Española Contra el Cáncer (AECC), para investigar, durante los próximos tres meses, el tipo de cáncer de hígado más frecuente.

Se trata del carcinoma hepatocelular, que constituye una de las principales causas de muerte por cáncer, al ser uno de los tumores más agresivos. La financiación forma parte de la convocatoria de Proyectos Generales AECC, para impulsar proyectos de investigación oncológica de calidad y con una firme orientación traslacional.

Durante este 2021, el CNIO también ha recibido tres ayudas predoctorales y una postdoctoral por parte de la AECC, para que pueda estudiar lascélulas responsables de las recaídas en cáncer, en busca de una solución a este problema.

Con ello, también pretende buscar terapias combinadas que resulten más eficaces y disminuyan el riesgo de recaída del cáncer de mama, desarrollar terapias que bloqueen las células que inician la metástasis, o conseguir bloquear las metástasis tempranas en el melanoma.

Con respecto al carcinoma hepatocelular, es un tipo de tumor que carece de tratamientos eficaces para combatirlo. Sus principales factores de riesgo son el consumo excesivo de alcohol, la obesidad, el sedentarismo, las infecciones virales a causa de la hepatitis B o C o el consumo de drogas.

Todo ello produce lesiones en el hígado, que el mismo órgano trata de reparar generando una serie de cicatrices que desencadenan la cirrosis hepática. Esta, a su vez, puede evolucionar hacia un cáncer de hígado.

En este sentido, hasta un 5% de los pacientes con cirrosis terminan desarrollando carcinoma hepatocelular, y cerca del 80% de los enfermos que padecen este tipo de cáncer presentan cirrosis. Estos antecedentes de cirrosis pueden servir de guía para elaborar nuevos tratamientos que reduzcan la mortalidad de este tipo de cáncer.

Este proyecto ayudará al laboratorio Djouder en el estudio de los mecanismos moleculares que causan la progresión de la cirrosis al cáncer, de manera que se puedan desarrollar nuevos fármacos o tratamientos para su prevención o para reducir su incidencia.