El consumo de alcohol y tabaco entre adolescentes está asociado con la rigidez arterial precoz, un biomarcador que puede mejorar la predicción del riesgo cardiovascular, según el estudio Alspac, publicado por la Sociedad Europea de Cardiología en European Heart Journal.

Además, según la última Encuesta sobre Uso de Drogas en Enseñanzas Secundarias en España (Estudes), aunque los menores prueban las drogas cada vez más tarde, la incidencia del consumo de alcohol y tabaco se incrementó en un 13,25 % y un 34,5 % respectivamente en 2016 respecto a 2014.

Los datos son alarmantes: más de un millón de adolescentes reconocieron en 2016 haber tomado alcohol y 534.900 aseguraron haber consumido tabaco.

Ante estas cifras, el presidente de la Fundación Española del Corazón (FEC), Carlos Macaya, considera fundamental la puesta en marcha de campañas para concienciar a los adolescentes de que "ser joven no les inmuniza a uno frente a la enfermedad cardiovascular.