Una nueva investigación podría haber descubierto en los análisis de sangre una de las claves para detectar el Alzheimer. La investigación se centra en un sencillo análisis de sangre, que se usa para medir el número de una serie de partículas que, en altas dosis, puede aumentar el riesgo de sufrir esta enfermedad.

Los investigadores, que pretenden ampliar su base de estudio con una nueva prueba en las consultas de Atención Primaria suecas, comenzaron su investigación después de comprobar los elevados costes y dificultades que existen en la actualidad para un diagnóstico de este tipo.

Para un análisis de detección de Alzheimer, se necesitan realizar distintas pruebas, como examinar una muestra de líquido cefalorraquídeo del paciente o un escáner cerebral. En ambos casos, se busca descubrir los niveles de beta-amiloide acumulados en el cerebro, ya que unos niveles anormales de esta partícula pueden suponer un alto riesgo de la aparición de la enfermedad.

A través de una sencilla técnica automatizada, que se enfoca en un simple análisis de sangre, los autores de la investigación han sido capaces de demostrar la eficacia de lo que podría convertirse en una prueba de diagnóstico de Alzheimer, en las consultas de Atención Primaria. Algo posible después del éxito de los resultados obtenidos del análisis de más de 1.000 personas.