El uso de antibióticos podría servir para impedir el avance un cáncer de piel poco frecuente, que debilita la resistencia a las bacterias. Hasta ahora se creía que utilizar una terapia basada en antibióticos contra este cáncer, conocido como linfoma cutáneo de células T, era útil solo en un primer momento. Ya que, tras ese primer ataque, las bacterias estafilocócicas; responsables de diversas infecciones en la piel y otras patologías, estas bacterias regresarían con una mayor agresividad, y resistentes a los antibióticos.

Sin embargo, a partir de una nueva investigación se ha logrado demostrar que los antibióticos, no solo no repercutirían en un regreso más peligroso de la infección, sino que actuarían a lo largo de dos frentes, con mucha mayor efectividad. Este descubrimiento sirve para subrayar las anteriores teorías existentes que afirmaban los positivos resultados de terapias contra el cáncer basadas en antibióticos.

Los autores de esta nueva investigación han logrado administrar un agresivo tratamiento antibiótico que, por una parte, inhibiría a las bacterias estafilocócicas contra las que va dirigido. Pero por otra, un efecto secundario significaría que, al mismo tiempo, se atacasen también las células cancerosas.

Esto se debe a que, una vez administrados los antibióticos, se elimina la activación de las células inmunitarias. De esta forma, no se llegaría a producir un tipo de proteína que actúa como “combustible extra de las células tumorales”, lo que impide que estas puedan crecer y expandirse tan rápido como durante la infección inicial.

Así, el nuevo estudio contra el cáncer confirma la efectividad del uso de antibióticos, no solo para debilitar las células cancerosas y eliminar las bacterias estafilocócicas; sino para impedir futuras infecciones cutáneas.