Desde el inicio de la pandemia del coronavirus en España, se vienen sucediendo las informaciones sobre el importante número de casos de COVID-19 detectados en los centros de mayores, donde en gran parte, se ha producido el fallecimiento de los enfermos. Pues las personas de avanzada edad son uno de los grupos más vulnerables.

En este sentido, desde la Fundación Edad y Vida, entidad dedicada a mejorar la calidad de vida y bienestar de las personas mayores, han señalado que en estos centros viven casi más de 370.000 personas mayores (372.985) y muchos de ellos no tienen posibilidad de aislar a aquellos que se contagian.

Es relevante diferenciar los centros sociosanitarios y hospitales de cuidados intermedios, de las residencias sociales con soporte sanitario. Las primeras, dependen de las Consejerías o Departamentos de Salud; de forma complementaria, disponen de servicios sociales, y están equipadas con los equipos necesarios. Las segundas, funcionan como estructuras sociales que alojan a personas mayores y disponen de escasos recursos sanitarios. Sin embargo, si a esta situación se le añaden los efectos de la pandemia, resulta evidente la necesidad de reenfocar y replantear la manera de hacer frente a la situación desde el punto de vista sanitario.

Por ello, la Fundación Edad&Vida propone a la Administración que sean los médicos de Atención Primaria quienes puedan apoyar en el control de las personas alojadas en los centros de mayores. Así se les dotaría del material necesario y se aseguraría el suministro de equipos de protección individual (EPI,s) para poder ejercer sus tareas. Puesto que los 13.122 centros de Atención Primaria de toda España están desprogramando visitas, pruebas, etc.

Ahora mismo, gran parte del personal médico de Atención Primaria atiende a personas afectadas por coronavirus a través de atención telefónica y de urgencia. De modo que estos profesionales, 66.000 personas entre médicos y enfermeros, podrían ser claves para evitar que la pandemia siga haciendo estragos en este entorno.

Además, la Fundación quiere reconocer la importante labor de los profesionales dentro del sector, que están asistiendo diariamente a las personas usuarias de los centros, manteniendo los estándares habituales de calidad en el cuidado, la cercanía y el cariño en el trato hacia ellas.