La enfermedad conocida como aterosclerosis, que se caracteriza por el depósito de sustancias lipídicas en las paredes de las arterias, suele detectarse generalmente cuando se ha producido un evento cardiovascular, como un ataque o un infarto.

Sin embargo, un nuevo hallazgo pone en relevancia que esta patología podría detectarse mucho antes, mediante una técnica de imagen no invasiva. Por otra parte, este descubrimiento destaca también que la aterosclerosis aparecería en edades mucho más tempranas y de manera asintomática.

Como subrayan los resultados de este reciente estudio, las placas de ateroma progresan de forma muy rápida en las arterias de, al menos, un 40% de la población de entre 40 y 50 años. Sin embargo, la enfermedad no comienza a mostrarse de forma más contundente hasta más adelante; momento hasta el que se desarrolla de manera asintomática.

Por otra parte, esta acumulación progresiva de grasa en las paredes arteriales se relaciona de forma directa con los factores responsables de favorecer la aparición de enfermedades cardiovasculares. Entre los que destacan la edad, el sexo, la hipertensión, el colesterol, el tabaco y la diabetes.

A través de técnicas de imagen no invasivas, en especial, las más sencillas y asequibles, que no requieren de radiación, es posible identificar la progresión y detectar el avance de la enfermedad de forma más precoz que con otros marcadores clásicos, tal como declaraban los autores de la investigación. De esta forma, sería posible identificar a las personas que pueden beneficiarse de un tratamiento preventivo más precoz.