A través del 'Estudio de mejora de la estrategia diagnóstica y asistencial al paciente con insuficiencia cardíaca de novo en atención primaria', se ha demostrado que estos resultados son muy importantes debido a que la insuficiencia cardíaca es una patología en la que los síntomas como la disnea o la dificultad respiratoria, se pueden confundir con otras causas como la obesidad o la edad avanzada.

Contar con un biomarcador que permite el diagnóstico puede reducir la mortalidad y retrasa la progresión de esta, según los expertos. Además, permite mejorar la capacidad de resolución del médico de atención primaria porque, en un paciente con disnea o edemas, el NT-proBNP puede descartar la presencia de insuficiencia cardiaca y evitar derivaciones innecesarias a los especialistas.

Los investigadores han analizados a 200 pacientes en fase inicial y 96 en fase post-implante de este biomarcador, por lo que se han demostrado que el 40% de los pacientes con sospecha iniciar de insuficiencia cardíaca fueron derivados al especialista, mientras que la confirmación de la patología por parte del especialista se incrementó del 31% al 44%.

Este biomarcador, el NT-proBNP, ofrece la posibilidad de disponer de una prueba sencilla y rápida para aportar el diagnóstico y, además, es un filtro para el acceso a otras pruebas más caras y complejas, por lo que debe considerarse un avance.

Pero, por el contrario, solo está disponible en algunas áreas sanitarias de atención primaria porque es un test caro y, según el argumento que se utiliza para no implantarlo en su totalidad, se podría realizar un mal uso. Sin embargo, el estudio demuestra que los médicos de familia utilizan esta herramienta con una adecuada selección de los pacientes.

Los doctores optan por disponer de este biomarcador en las consultas de medicina de familia porque les permitiría efectividad, ya que, realmente, muchos pacientes no tendrían que acudir al cardiólogo si tuvieran un diagnóstico precoz.