El director del Centro de Esclerosis Múltiple de Cataluña (Cemcat), Xavier Montalbán, ha reconocido, durante la LXVI Reunión Anual de la Sociedad Española de Neurología celebrada en Valencia, que pese a la aparición de nuevas terapias frente a la esclerosis múltiple, sigue habiendo una "gran necesidad médica no cubierta" a la hora de frenar su progresión.

En este punto, y pese a que actualmente la mayoría de los tratamientos se dirigen a las células T, este experto insiste en que actuar contra las células B puede ser una estrategia novedosa ya que "juegan un papel muy importante en la progresión de la enfermedad".

"Cuando se inicia la fase progresiva irrumpen unas estructuras que afectan a los ganglios linfáticos, entre los que están los folículos linfoides, capaces de provocar un daño continuo y permanente en las células del cerebro", ha reconocido Montalbán, que admite que ya hay estudios que sugieren que utilizar una terapia anti-célula B podría detener dicha progresión.

Por otro lado, en el encuentro se ha analizado el uso del concepto de ausencia de recaídas o NEDA (siglas en inglés de No Evidence of Disease Activity), procedente de la Oncología y que en esta enfermedad es un parámetro que se debe tener muy en cuenta.

Para el doctor Montalban, el futuro del tratamiento, en los próximos años, pasará por un mejor desarrollo de la medicina personalizada a través de la identificación de biomarcadores de diferente tipo, ya sean de imagen, biológicos o genéticos para poder seleccionar la terapia más adecuada. "Seremos igualmente", augura este experto, "más sensibles a la presencia de enfermedad activa y a tratar de seguir reduciendo su progresión".