El impacto de las altas temperaturas en las hospitalizaciones por enfermedades cardiovasculares ha aumentado considerablemente en las últimas dos décadas, según un informe elaborado por la Universidad de Monash, en Australia.

Sin embargo, estudios anteriores habían encontrado una disminución de la asociación entre las altas temperaturas y las muertes cardiovasculares, lo que sugería que las personas podían haberse adaptado al clima más cálido.

Para el nuevo trabajo, los investigadores utilizaron los datos de 1.855.717 hospitalizaciones cardiovasculares registradas en Queensalnd, Australia, desde 1995 a 2016.

Entre estos años, la temperatura media diaria de la ciudad aumentó de 20,9ºC a 21,7ºC y el número anual de hospitalizaciones cardiovasciulares ascendió de 46.730 a 123.477. Además, comprobaron que la creciente magnitud de los impactos de calor es mayor en hombres y en personas menores de 70 años.

Ante estos datos, a los investigadores les preocupa que la tendencia ascendente de las temperaturas provoque una carga de las instalaciones de atención médica cardiovascular.