Un nuevo estudio del Centro de Vacunas Emory y el Instituto de Cáncer Winship de Universidad Emory, en Estados Unidos, afirma que las células inmunitarias que se encuentran en los tumores de cabeza y cuello positivos al papiloma humano (VPH) constituyen el objetivo de los inhibidores de los puntos de control inmunitarios (células T PD-1 + CD8 semejantes a las células madre).

El estudio, publicado en la revista Nature, se centra en este tipo de cáncer al ser uno de los más comunes tratados en el mundo occidental, y sus resultados afirman que la inmunoterapia podría ser utilizada como un tratamiento eficaz contra esta enfermedad.

En este sentido, los científicos surgieren que los inhibidores de los puntos de control podrían resultar eficaces de manera excepcional contra el cáncer de cabeza y cuello. Además, la vacunación terapéutica contra esta enfermedad podría ampliarse para incluir más elementos del virus, de manera que su respuesta inmunitaria tome más fuerza y amplitud.

Por su parte, las células T CD8 o ‘asesinas’, son células inmunitarias especializadas que pueden identificar y matar células tumorales o células infectadas por virus, siempre y cuando no estén limitadas por señales reguladoras.

El receptor inhibidor PD-1 aparece en las células T CD8 agotadas presentes en las infecciones víricas crónicas y en el cáncer, de modo que las células T CD8 PD-1+ resultan esenciales para mantener las respuestas de las células T CD8 concretas del tumor.

En la actualidad, la mayoría de los inhibidores de puntos de control disponibles, como pembrolizumab y nivolumab, bloquean la vía a través de señalización de PD-1.

En este sentido, los resultados del estudio evidencian que un subconjunto de células T CD8 propias del VPH en el tumor presenta un gran parecido con las células T CD8 tipo madre que proliferan en respuesta al bloqueo de PD- 1 en modelos de ratón.

Los tumores positivos al papiloma responden bien a los tratamientos de radiación y quimioterapia; sin embargo, los pacientes del estudio no recibieron ningún tratamiento, por lo que es necesario estudiar cómo afectan estos tratamientos al número y fenotipo de las células T tumorales.

Los resultados permiten comprender las respuestas de las células T CD8 en este tipo de cáncer, así como en otros tipos de tumores mediados por virus. En este sentido, para conseguir una respuesta antitumoral eficaz de las células T, se necesitan diferentes linajes.

Ahora, además de la respuesta inmunitaria local utilizando las terapias tradicionales para evitar su eliminación precoz, los pacientes también pueden verse favorecidos por la incorporación de la terapia inmunológica con el bloqueo de PD-1 previa a la cirugía o la radiación.

Con el análisis de los tumores primarios y los ganglios linfáticos metastásicos, los científicos detectaron células T CD8 propias de los tumores que pueden proliferar como respuesta a los péptidos del VPH, y otras células más diferenciadas que no proliferan.

A diferencia de la abundancia de células T CD8 de los tumores, las células específicas de los tumores tuvieron muy baja presencia en la sangre de los pacientes, por lo que se encuentran principalmente en los tumores.

Además, la localización del subconjunto de células T CD8 en el ambiente tumoral difiere del lugar en el que se encuentran las células madre y las células tumorales. Finalmente, el estudio de este tipo de cáncer también facilitó el análisis de las células T específicas del tumor.