El cáncer de páncreas es un tumor poco frecuente en España pero con una tasa de supervivencia a los cinco años menor del 10%. Además, es uno de los tumores que en los últimos años ha conseguido menos avances en investigación, y no es por falta de intentos.

Recientemente, el Dr. Mariano Barbacid, miembro del Comité de Expertos de Constantes y Vitales, ha logrado la desaparición total del cáncer de páncreas más agresivo.

El último informe de la Red Española de Registros de Cáncer (REDECAN) y del Instituto Nacional de Estadística (INE) calculó una mortalidad de 6.868 pacientes en 2017 a nivel nacional.

Debido a las elevadas cifras de defunciones y al aumento de su incidencia, se prevé que en 2030 el cáncer de páncreas se convierta en la segunda causa de muerte por tumor en Estados Unidos, y que en Europa que haya más muertes por este cáncer que por el de mama, según el Institute of Oncology (IOB).

El actual tratamiento para el cáncer de páncreas es estándar y pasa por la quimioterapia. Sin embargo, el estudio 'POLO', liderado por Teresa Macarulla, investigadora del Grupo de Tumores Gastrointestinales y Endocrinos del VHIO y del IOB Institute of Oncology Barcelona, ha demostrado que una terapia personalizada a partir del fármaco 'olaparib', un medicamento que se emplea con eficacia en el tratamiento de pacientes con ciertas mutaciones en los genes BRCA1 o BRCA2, que son comunes en cánceres de mama o de ovario, podría ser eficaz también en personas con tumores de páncreas, puesto que entre el 6-8% de las personas con este cáncer presentan una alteración en los genes BRCA 1 y 2.

A partir de esta alteración, el único biomarcador que se conoce del cáncer de páncreas, se ha diseñado una terapia dirigida para aquellos pacientes que presentan dicha alteración genética. Se trata de un tratamiento dirigido a combatir aquellas células que crean esa alteración, de manera que los pacientes tienen un tratamiento alternativo, aparte de la quimioterapia.

Por lo que, el estudio POLO es el primer ensayo de fase III (multicéntrico, internacional y previo a registro del fármaco) para evaluar la eficacia del tratamiento de mantenimiento con inhibidor de PARP, un tipo de terapia dirigida contra las células cancerosas, en pacientes afectados de cáncer de páncreas avanzado y con mutación genética BRCA. Lo que significaría que bloquear la acción de PARP podría impedir que las células cancerosas reparen el daño a su ADN, y así impediría su destrucción.