Un grupo de científicos de la Universidad Autónoma de Madrid (UAM) han demostrado que el nebivolol, un fármaco anti-hipertensivo que está actualmente en circulación, evita el crecimiento y la angiogénesis de los tumores de mama y colon.

Las mitocondrias no solo producen energía, sino que también regulan el metabolismo, la señalización y la toma de decisiones sobre la vida o muerte de la célula. Por lo que, no es de extrañar que la disfunción mitocondrial esté involucrada en la génesis y en la progresión de muchas enfermedades, entre las que se incluye el cáncer, la neurodegeneración y el propio envejecimiento.

Así, con el objetivo de encontrar las bases moleculares de la disfunción mitrondial de estas enfermedades y sus terapias, los expertos buscaron fármacos activadores e inhibidores de la respiración mitocondrial en una librería de más de mil compuestos ya aprobados para su uso en pacientes.

Durante la investigación, los científicos identificaron trece compuestos pautados para el tratamiento de cinco enfermedades además del cáncer que cumplen el criterio de inhibidores de la respiración mitocondrial.

Entre estos trece, el inhibidor beta1-adrenérgico nebivolol, que se emplea como anti-hipertensivo en enfermedades cardiovasculares, fue el que eligieron para estudiar en profundidad ya que, en ocasiones, la capacidad de producción de energía de las mitocondrias depende de la vía andrenégica.

De este modo, descubrieron que las células de diferentes tipos de tumores (mama, colon y pulmón, entre otros) expresan receptores beta1-andrenérgicos cuya actividad es necesaria para el correcto funcionamiento de sus mitocondrias. Por lo que, el nebivolol, al bloquear estos receptores, inhibe la respiración mitocondrial de las células tumorales sin causar efecto sobre las células no tumorales.

Además, este fármaco inhibe también la proliferación de las células endoteliales que son necesarias para generar los vasos sanguíneos que alimentan a los tumores para su crecimiento.