Las pruebas, denominadas COMBI-AD y CheckMate 238, se realizaron a pacientes con melanoma en la etapa 3, cuyos tumores habían sido extirpados. Son las primeras que se hacen a nivel mundial para tratar esta enfermedad en pacientes que se encuentran en la etapa inicial para evitar su propagación y recurrencia.

Con ellas se demuestra que existen soluciones posibles para prevenir la expansión y el desarrollo del melanoma, que hasta ahora era una forma de comportamiento de la enfermedad sobre la que no se tenía control y todos los pacientes que la padecían tenían que esperar para ver si su melanoma causaba una metástasis o se propagaba, lo que les afectaba en gran medida.

En la prueba COMBI-AD, un grupo de pacientes recibió una combinación de terapias de dabrafenib y trametinib, dos fármacos utilizados en quimioterapia, durante 12 meses, con la que no solamente se evitó que el melanoma en la etapa 3 extirpado reapareciera, sino que aumentó las posibilidades de supervivencia.

Por su parte, en la prueba Checkmate 238 en el que participaron pacientes de alto riesgo con melanoma en la etapa 3 y 4, se sometió a un grupo a inmunoterapias con nivolumab o ipilimumab, dos anticuerpos monoclonales, durante 12 meses. Éstas fueron las que lograron reiniciar el sistema inmunológico para atacar las células del melanoma.

Con la prueba se redujeron las posibilidades de recaída, aunque aún es demasiado pronto para determinar las posibilidades de supervivencia a largo plazo, los científicos afirmaron que su objetivo es hacer que el melanoma se convierta en crónico, en lugar de ser una enfermedad terminal.