La vida no sería posible sin el bombeo constante del corazón. Porque gracias a esta acción, se produce la circulación de una serie de sustancias necesarias por las miles de células del cuerpo. “El corazón, con su acción impulsora, permite que la sangre, y las sustancias que transporta, circulen adecuadamente a través de las venas y de las arterias”, explican desde la Fundación Española del Corazón (FEC). Un circuito de ida y vuelta que es esencial mantener sano, gracias a una serie de sencillos pasos.

1. Dieta mediterránea

Dieta mediterránea
Dieta mediterránea | Sinc

Para mantener un sistema cardiovascular sano, lo más recomendable es adaptar una dieta baja en sal, con poco azúcar y no demasiadas grasas. Es decir, una dieta que sea rica en fruta, verdura, pescado y carnes blancas.

2. Evitar el consumo de alcohol y drogas

Los expertos recomiendan el ocio saludable como alternativa al alcohol
Los expertos recomiendan el ocio saludable como alternativa al alcohol | Sinc

El alcohol y las drogas resultan muy perjudiciales para el sistema circulatorio. El alcohol, de hecho, es un depresor que puede provocar desde mala circulación sanguínea, pulso desacelerado y dificultad en la respiración; hasta una alta presión y problemas cardiovasculares.

3. Evitar el tabaco

Tabaco
Tabaco | Objetivo Bienestar

Al igual que en el punto anterior, la FEC recomienda evitar el tabaco debido a los tóxicos que contiene, como nicotina y monóxido de carbono.

4. Realizar ejercicio de forma regular

El ejercicio regular es beneficioso para la salud respiratoria de los fumadores
El ejercicio regular es beneficioso para la salud respiratoria de los fumadores | Sinc

Lo recomendable sería evitar una vida sedentaria, con no más de media hora diaria de ejercicio moderado.

5. Dormir bien

Imagen de una persona durmiendo
Imagen de una persona durmiendo | Archivo

Distintos estudios avalan los beneficios de dormir entre siete y ocho horas cada día, así como los perjuicios de no llegar a ese número de horas. Ya que la mala calidad del sueño aumenta los riesgos de sufrir una enfermedad cardiovascular grave.