Si algo les ha enseñado esta aventura, 100 días después, a Yolanda, Patricia, Carmen y Susana es a vivir y a valorar, más que nunca, la vida.

Estas cuatro mujeres luchadoras han sido unas grandes promotoras en la ayuda en la investigación del cáncer de mama ya que cruzaron el Atlántico para recaudar fondos en investigación. 

Tras esta aventura donde tuvieron que luchar, literalmente, contra viento y marea, coinciden en que se encuentran "muy bien" pero en todas ellas siempre se quedará grabada esa experiencia única.

Yolanda ha explicado que "Ha sido una de las mejores experiencias de mi vida y una demostración, tanto para mí como para muchas personas, de la capacidad que se tiene en situaciones desfavorables".

La aventura del barco fue para Patricia: "Una experiencia inolvidable, que te digan cosas como ‘quiero ser como tú’ es algo muy grande y ver que hemos ayudado a tantas personas anónimas, es un chute de energía".

"El Reto Pelayo fue como un sueño. Cuando terminé el tratamiento del cáncer, la oportunidad de cruzar el Atlántico para mi fue como poner punto y final a la enfermedad", sentencia Marian.

Carmen lo resume como una experiencia muy positiva: "tuve la oportunidad de enfrentarme a mi estado físico y anímico, de hacer cosas que no habría hecho nunca y de conocer a mucha gente".

Y para Susana fue como una regla, porque cuando terminó el cáncer, quiso ponerse “un reto en la vida” y fue ese; “ahora tengo uno nuevo que es intentar quedarme embarazada, tengo dos óvulos congelados”, explica.

Ambas consideran que lo más duro del reto fue estar tantos días separadas de su familia y todas coinciden en la fuerte unión que se creó entre ellas y el fuerte compañerismo.