Una nueva investigación publicada en la revista Translational Psychiatry asegura que el cerebro cambia su ritmo a los pocos minutos de la estimulación terapéutica, durante la cirugía de estimulación cerebral profunda (ECP) para la depresión resistente al tratamiento.

En este sentido, la ECP ha demostrado su eficacia para muchos pacientes que sufren depresiónresistente al tratamiento, pero no se sabe cómo funciona exactamente. Por este motivo, científicos de todo el mundo están buscando biomarcadores objetivo de la eficacia de la ECP.

Este estudio presenta nuevas pruebas de que una breve exposición intraoperatoria a la estimulación terapéutica en el momento de la cirugía de implantación produce un cambio de estado cerebral electrofisiológico rápido y consistente.

En este cambio se produce una disminución de la potencia beta en el mugar de la estimulación, pudiendo ser un nuevo biomarcador para la optimización del tratamientoECP. Estos cambios se producen en individuos correlacionados con una disminución significativa y sostenida de los síntomas depresivos.

La estimulación cerebral profunda está aprobada por la Administración de Alimentos y Medicamentos de los Estados Unidos (FDA) como tratamiento contra el temblor esencial, la enfermedad de Parkinson, la epilepsia y el trastorno obsesivo-compulsivo.

Se trata de un procedimiento neuroquirúrgico basado en la colocación de un neuroestimulador que envía impulsos eléctricos a través de electrodos implantados en lo más profundo del cerebro a zonas específicas responsables de los síntomas de cada trastorno.

A pesar de ser un tratamiento experimental, la ECP del cíngulo subcalloso (área 25), una zona del cerebroque desempeña un importante papel en la depresión, se ha demostrado reiteradamente como una intervención prometedora en el transcurso de seis meses para los pacientes con depresión resistente al tratamiento.

Sin embargo, existen diferencias en la cronología de recuperación entre los distintos pacientes, por lo que es fundamental comprender los mecanismos de estos efectos conductuales y su papel en la predicción de las trayectorias de respuesta más críticas para alcanzar un tratamiento eficaz.

Con todo ello, el estudio muestra cambios reproducibles y consistentes en una lectura cerebral durante los primeros minutos de estimulación optimizada, lo que ofrece una nueva comprensión de la mecánica del ‘interruptor de la depresión’ que hace que un paciente pase de un estado de dolor mental sostenido e inmovilidad al alivio y a la capacidad de moverse.