Cada año fallecen en el mundo ocho millones de personas a causa del tabaco, donde más de siete millones de muertes están ligadas directamente a su consumo y cerca de 1,2 millones son solo por la exposición al humo de los no fumadores, según la Organización Mundial de la Salud (OMS).

Aunque es algo ampliamente extendido, el tabaco sigue siendo el responsable de un tercio de los tumores actuales y de un 33 % de las muertes por cáncer. En concreto, causa entre el 85 y el 90 % de los cánceres de pulmón y es un factor de riesgo para varios como los de vejiga, tumores digestivos y de cabeza y cuello, entre otros.

En 2020, solo en España se produjeron 95.526 defunciones relacionadas con el tabaquismo, según el informe del Ministerio de Sanidad Patrones de mortalidad en España 2020.

Después de ver estas cifras, es fácil que se empiece a pensar en dejar de fumar. Cuando los pacientes que toman esta decisión pueden acudir a consulta de su médico de cabecera para que les incluya en el programa para dejar de fumar..

El todacitán

Imagen de fármacos
Imagen de fármacos | Pixabay

En la actualidad hay un solo fármaco financiado por la sanidad pública como tratamiento para dejar de fumar tras la retirada del mercado en 2021 de Champix (vareniclina), por contener nitrosamina por encima de los niveles exigidos por la Agencia Española de Medicamentos y Productos Sanitarios (Aemps).

Se trata de el todacitán (citisina) y está indicado para la dependencia tabáquica y la reducción de la ansiedad a la nicotina en fumadores dispuestos a dejar de fumar.

Pero para poder acceder a la financiación pública del fármaco los pacientes tienen que reunir una serie de requisitos, entre ellos fumar más de diez cigarros al día, tener un resultado en el test de Fagerström (una prueba para medir el nivel de adicción de los fumadores) igual o superior a siete y haber tenido un intento serio de dejarlo en el último año.

Terapia cognitiva conductual

Escribir a mano tiene muchos beneficios
Escribir a mano tiene muchos beneficios | Autor: picjumbo.com

Sin embargo, no basta solamente con tomar este fármaco y ya. Lo que los médicos también hacen para ayudar a los pacientes con este proceso es citarlos en varias ocasiones y, además de este fármaco, hacerles seguir una terapia cognitivo conductual.

Con esta terapia cognitiva conductual el paciente tiene que escribir los motivos por los que fuma, por los que quiere dejar de fumar y, además, hacer otro ejercicio aún más importante como es escribir las situaciones en las que fuma y, al lado, las posibles soluciones.

Las personas que toman medicación tiene muchas más posibilidades de ser exfumador que el resto, y esto es la clave del tratamiento farmacológico, debido a que hay estudios que demuestran que cuando se hace el tratamiento cognitivo conductual junto con el tratamiento farmacológico, las posibilidades de ser exfumador al año se multiplican.

En la consulta los médicos orientan al paciente en cuanto a técnicas de relajación y les aportan, además, consejos para escoger bien el momento porque si el paciente se encuentra.

Un registro de cigarrillos

Cigarrillos
Cigarrillos | Pixabay

Otro ejercicio para lograr este objetivo consiste en apuntar durante una semana el día y la en la que un paciente fuma un cigarro. Tiene que escribir lo que estaba haciendo en ese momento, cuántas ganas tenía de fumárselo y puntuar de cero a diez si son más o menos apetecibles.

Mediante este método, muchos pacientes se dan cuenta de que en realidad tampoco les apetecía tanto ese cigarro en ese momento y entonces ellos mismos lo van dejando. Los cigarros que están puntuados más alto son los que hay que trabajar más.

El tratamiento farmacológico dura alrededor de un mes y el cognitivo conductual se extiende hasta seis meses, cada tres o cuatro semanas, realizando también prevención de recaídas cuando, por ejemplo, el paciente lleva ya dos o tres meses sin fumar.

También se da la opción a los pacientes de usar los parches de nicotina, que aunque no están financiados por la sanidad pública, son efectivos y se pueden combinar con chicles y spray bucal.

Las pseudoterapias no son efectivas

Mas de 2.000 cientificos y sanitarios firman un manifiesto contra las leyes que protegen a las pseudoterapias
Mas de 2.000 cientificos y sanitarios firman un manifiesto contra las leyes que protegen a las pseudoterapias | Sinc

Esta combinación de fármaco y terapia funciona y, por eso, los expertos advierten de que otras técnicas, como la hipnosis, no están recomendadas porque su eficacia no está comprobada científicamente por ningún estudio serio.

Los expertos no recomiendan este tipo de tratamientos porque para ellos sí que son efectivamente pseudoterapias.

Los vapeadores tampoco

Un vapeador
Un vapeador | Pablo.buffer

El vapeo no ayuda a dejar de fumar ni es menos perjudicial para la salud que los cigarrillos. No son seguros y producen enfermedades y trastornos en los pulmones, el corazón e incluso oncológicos. No son eficaces para dejar de fumar y, además, perjudican la salud.

Se advierte incluso que hay documentos del CNPT que indican que los niños están empezando a consumir cigarrillos electrónicos porque existe una falsa creencia de que no tienen nicotina, cuando no es así.

La cuenta de resultados de las industrias tabacaleras han disminuido en relación a las cajetillas y al propio tabaco de liar y por ese motivo están introduciéndose todas ellas en estos productos de tabaco calentado que van dirigidos a fumadores.

Sin embargo, lo único comprobado que sirve para dejar de fumar es el tratamiento farmacológico y la terapia cognitiva conductual, por ello hay que tener mucho cuidado.

Beneficios de dejar de fumar
Dejar de fumar
Dejar de fumar | Pablo.buffer

Cuando se deja de fumar los beneficios se notan enseguida en el cuerpo. En este sentido, la Sociedad Española de Cardiología (SEC)y la Fundación Española del Corazón (FEC) destacan algunos datos de la OMS sobre la salud cardiovascular como que a los 20 minutos disminuye el ritmo cardíaco y baja la tensión arterial, y después de 2-12 semanas mejora la circulación sanguínea.

Un estudio llamado OASIS que incluyó a más de 18.000 pacientes, ha demostrado que los fumadores que permanecieron abstinentes tras un síndrome coronario agudo vieron reducido el riesgo de reinfarto en los cinco meses siguientes en un 43 %.

Y es que el beneficio de dejar de fumar a nivel cardiovascular es muy rápido y cuanto antes se deje, mejor. Este cese reduce rápidamente el riesgo de fenómenos trombóticos, pero la aterosclerosis acelerada que condiciona el tabaco en personas que llevan años de consumo no se borra tan fácilmente.