Este hallazgo podría suponer una nueva forma de desbloquear el poder de la inmunoterapia para más pacientes con cáncer porque, aunque ha revolucionado el tratamiento del cáncer, hasta ahora solo funciona para menos de una cuarta parte de los pacientes y muchos tumores son capaces de evadir el ataque inmunológico.

Las células T, un tipo de célula inmunitaria, tienen la capacidad de detectar y destruir células tumorales. Para sobrevivir, los tumores crean un entorno inmunológico supresor dentro y alrededor de ellos mismos que mantienen a estas células T sometidas.

Un tipo de inmunoterapia conocida como inhibición de puntos de control es capaz de despertar a las células T para que puedan comenzar a atacar el tumor. Pero si el entorno del tumor sigue siendo inmunosupresor, la inhibición del punto de control puede no ser suficiente para eliminar el tumor.

El autor principal de esta investigación, el profesor de Patología Marco Colonna y la primera autora, Martina Molgora, se dieron cuenta de que el mismo tipo de células comunes, conocidas como macrófagos, también se encontraban en los tumores, donde producen TREM2 y promueven un entorno que anula la actividad de las células T.

Los investigadores determinaron si la inhibición de TREM2 podría reducir la inmunosupresión y aumentar la actividad de las células T, capaces de matar a los tumores.

Para ello, inyectaron células cancerosas en ratones y los dividieron en cuatro grupos. En un grupo, los ratones recibieron un anticuerpo que bloqueó TREM2; en otro, un inhibidor de puntos de control; en el tercer grupo, ambos; y en el cuarto, placebo.

Consiguen eliminar cánceres resistentes a la inmunoterapia, en un estudio con ratones

En los ratones que recibieron solo placebo, los sarcomas crecieron de manera constante. En los ratones que recibieron el anticuerpo TREM2 o el inhibidor del punto de control solo, los tumores crecieron más lentamente y se estabilizaron o, en algunos casos, desaparecieron. Los ratones que recibieron ambos anticuerpos rechazaron los tumores por completo.

Los investigadores ahora están ampliando su estudio de TREM2 a otros tipos de cánceres para ver si su inhibición es una estrategia prometedora para diferentes tumores.

"El siguiente paso será hacer el modelo animal usando el anticuerpo humano. Si eso funciona, estaríamos listos para entrar en un ensayo clínico", afirma Colonna.